martes, 17 de agosto de 2010

Visita a Campo

el altiplano


Volcán del Sajama (6542 m)


Adentrándonos en el altiplano



Aerogeneradores en las comunidades


Desmontando el aerogenerador

Entrevistando a los lugareños en Iruni



Cambiando una rueda en mitad de la nada



Niños del altiplano


¡Llamas!

Filomena

Las llamas de Filomena




La semana pasada estuve en el altiplano boliviano con la gente de CINER revisando los equipos instalados y cambiando los fusibles de los cuadros de control de las placas fotovoltaicas y los aerogeneradores. Las comunidades donde estuvimos están, como mínimo, a cuatro horas en coche de cualquier pueblo medianamente civilizado y los caminos para llegar hasta allí no son precisamente autopistas, la verdad es que si no llega a ser por Milton (el conductor), ahora estaría perdida en mitad del altiplano. Estas comunidades son generalmente un grupito de casas de adobe donde vive una o dos familias. Generalmente se dedican al pastoreo de llamas, alpacas y vicuñas, que luego venden para hacer charque de llama o venden la lana. La mayoría tienen una casa para dormir, otra de almacén y otra de cocina y como toda decoración tienen calendarios (vi alguno de los años 50) y armadillos disecados. Antes de que instalaran los equipos usaban velas y mecheros de keroseno, y la verdad es que la diferencia es alucinante. Solo ver la cara de alegría que puso una mujer quechua al preguntarle si estaba contenta con la llegada de la luz, me hizo olvidarme de todas mis quejas acerca de la carrera. ¿Quién diría que una sola bombilla puede hacer semejante diferencia? También es alucinante lo generosos que son, te dan todo lo que tienen, por muy poco que sea y están dispuestos a acogerte en sus casas sin ningún problema, a pesar de que eso luego implicara tener diarrea durante dos días y pasar la noche más fría de mi vida. Gajes del oficio, I guess.

Comunidades visitadas: Jila Pata, Pucarani, Iruni, Huasquiri, Payrumani, Jankho Cala y Callachata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario