lunes, 22 de noviembre de 2010

Lago Titicaca. Día Uno

A las orillas del Titicaca…


Estrecho de Tiquina


Después de más de cinco meses en Bolivia, por fin fui a visitar el Lago Titicaca. Fue un viaje planeado un poco a lo loco y, como siempre, esos son los mejores. Al lago se llega desde La Paz pasando por el estrecho de Tiquina. Aquí te hacen bajar del micro y te montas en una barquita, mientras montan el micro en una balsa. Como siempre, parece que va a pasar algo, del estilo de que el autobús se va a hundir, o que se dejen a la mitad de los pasajeros en la otra orilla, pero, como siempre, nunca pasa nada. Los bolivianos se caracterizan por su caos organizado. En el estrecho de Tiquina pude tener un aperitivo de lo que iba a ser el Titicaca: un inmenso lago con aguas cristalinas de un azul super bonito, rodeado de montañas nevadas de cinco mil y pico metros...pintaba bien :)



Catedral de Copacabana


En la "Horca del Inca"


De camino a la Isla del Sol

Después de cruzar el estrecho de Tiquina, llegamos a Copacabana. Obviamente no tiene nada que ver con la conocida playa de Brasil, pero tiene el encanto de los pueblos de pescadores. Después de recorrer la ciudad y subir a la "horca del inca" para poder admirar el lago desde las alturas, tomamos un barco hacia Ch'allapampa, un pequeño pueblo situado al norte de la Isla del Sol.



Playa en Ch'allapampa


Vista de Ch'allapampa


De camino a las ruinas


Chinkana


Atardecer en el Lago Titicaca


Ch'allapampa es un precioso pueblo situado en un estrecho en la isla del sol, sin apenas turismo, por lo que te sientes como a 5000 km de toda la civilización. Después de explorar un poco el pueblo y sus playas, nos pusimos rumbo a las ruinas situadas al norte de la isla, donde pudimos disfrutar de un precioso atardecer. Después, una buena trucha del Titicaca a la plancha y a dormir.

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