Tiwanaku
Templete semisubterráneo
Puerta del sol
Ya de vuelta en Bolivia (esta vez sin problemas en la frontera), decidimos aprovechar el viaje para visitar Tiwanaku. La verdad es que después de estar en Macchu Picchu cualquier resto arqueológico puede parecer un poco cutre, pero fuimos a visitarlas igual. Supongo que dentro de diez años, cuando los bolivianos se den cuenta del potencial turístico de su país, les dedicarán la atención que merecen, pero hoy en día están un poco abandonadas. Aún así, son impresionantes. Al igual que en Cuzco hay unas estructuras de piedra enormes que nadie sabe como han llegado allí ni como las construyeron, se ve que los incas tenían desarrollada una capacidad constructora increíble, dudo mucho que ahora se pueda repetir lo que ellos hicieron hace 800 años. Después de patearnos las ruinas bajo un sol abrasador, tomamos un trufi de vuelta a La Paz y luego a Cochabamba.
El viaje a Cochabamba, que de normal lleva unas 7 horas y media, nos tomó como diez. ¿El motivo? que fue como ir a Zaragoza cogiendo el autobús de los pueblos: en cada grupo de tres o cuatro casas se subía o bajaba alguien, con el correspondiente abrir y cerrar del maletero para que sacaran sus bultos (que normalmente son dignos de una mudanza). Además me tuve que tragar una película de chinos sin ningún tipo de argumento y después oír las protestas de la gente porque querían ver otra película. La respuesta del conductor fue clara: el billete solo daba derecho a una película. Cuando la gente empezó a decir que el billete también daba derecho a llegar a tiempo pensé que iba a haber un linchamiento popular. Después de pedir la película durante una hora, decidieron desistir y no tuvo lugar el temido FuenteOvejuna. 10 horas y una ruptura de motor después (convenientemente en una curva), llegamos a casa :).
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